Los Zocos de Marrakech, amor y odio



Nunca antes había sentido Amor y Odio por algo en tan corto periodo de tiempo, pero eso es lo que me pasó con los Zocos de Marrakech.


El día que Fran y yo aterrizamos en Marrakech, ya por la tarde, dejamos las maletas en nuestro Riad y nos dijimos, bueno, pues vamos a dar una vuelta por los zocos a ver que se cuece! 

Y ese día odié los zocos de Marrakech.


La primera sensación que tuve fue Guau! y al segundo, la siguiente sensación fue uff...qué agobio...y esa sensación me duró el resto del día..

Mucha gente, muchos olores, más gente...y lo peor...las motos, bicicletas, carros...


Pasan a tu lado sin importar lo estrecha que sea la calle o los cientos de personas que haya en ese momento caminando, ellos se van abriendo paso, pitando, esquivando...


Tampoco ayudó mucho que fuera en plan turista (mochila, plano y cámara en mano) y un poco condicionada por las opiniones que había leído antes de ir.


Así que mi pensamiento en ese momento fue: salgamos de aquí y no volvamos nunca más...

Es cierto que es una ciudad que dista bastante de lo que pudimos ver de otras partes de Marruecos, de lo poco que vimos durante los días de la excursión; pero, inevitablemente es una ciudad que siente a los turistas como máquinas de hacer dinero, así que puedes agobiarte y sentirte incómodo o puedes verlo como si fuera parte y cultura de esa pequeña zona de la ciudad, o, como creo que me pasó a mi, acostumbrarte a ello y pasarlo por alto.


Pasando del odio al amor...

Mi siguiente contacto con los zocos fue al volver del desierto, tras la excursión de 3 días; y esta vez, sentí amor.


Y esa es la sensación con la que me fui de Marrakech, con una total fascinación por los zocos.

En el momento en que dejas a un lado la cámara, olvidas los prejuicios y simplemente te dejas llevar es cuando se conoce el verdadero encanto de los zocos.


Cientos de tiendas con miles de "cacharrines", lámparas, alfombras, dulces, especias, colores... Me encanta "oler" en los mercadillos (expresión que usa mi madre cuando vamos a dar vueltas por algún rastrillo; ella siempre dice: vamos a oler un poco!)


De hecho, me faltó tiempo para disfrutarlos como yo quería, entrar tranquilamente en las tiendas, ver los productos que tienen; me gustaría haber podido "oler" un poco más; pero durante el día estábamos visitando la ciudad y a última hora de la tarde, antes de cenar, era cuando nos adentrábamos en los Zocos.


No tenéis que preocuparos si os llaman la atención para que entréis a las tiendas, simplemente con decir: no, gracias, solo estoy mirando; es suficiente. A nosotros un par de veces nos dieron a probar alguna cosa, a veces insisten un poco, pero con decir que no vais a comprar y que no queréis probar nada, vale.


Eso sí, no os podéis ir de los Zocos sin comprar algo y regatear el precio, es todo un arte! os iréis con la sensación de que no tenéis ni idea de si habéis pagado mucho, poco o lo correcto, pero es una experiencia y para ser sincera, creo que se me dio bastante bien, aunque por algunas cosas pagué de más, creo...


Con las fotos también debéis ser respetuosos, a algunos no les gusta que fotografíen su tienda; es cierto que a mi nadie me dijo nada, pero por si acaso es mejor que preguntéis si podéis sacar una foto.


Y muy importante, los zocos son un laberinto de calles, tened a mano un plano de la ciudad si, como yo, no tenéis mucha orientación; menos mal que estaba Fran, no tuvimos que mirar el plano ni una vez, así da gusto!


Y si hay algo que llama la atención de los zocos, además de la cantidad de artículos que venden, es lo ordenadas y bonitas que tienen las tiendas, montones de lámparas colocadas dejando un pasillo para que puedas acceder a la tienda; las babuchas con sus miles de colores colocadas sobre una pared, las pirámides imposibles de especias...todo un espectáculo para la vista!  


Al final de mi estancia en Marrakech pasaba por los zocos y solo pensaba en que me gustaría comprármelo todo!


Marrakech es una ciudad caótica, con mucho movimiento y mucha vida, diferente a lo que estamos acostumbrados, pero eso no tiene por qué ser malo.


Así que mi consejo es que os olvidéis de la cámara por un momento y solo paseéis y observéis; es difícil relajarse cuando te esquivan 10 motos en 5 minutos pero si intentáis verlo como algo normal disfrutaréis de los paseos por el zoco y hasta os sobrarán ganas para regatear con algún tendero. 

¡Buen viaje! africa marruecos marrakech áfrica

Comentarios